Conforme a la hipótesis general, la Luna se formó como resultado de una gran colisión: un cuerpo celeste del tamaño de Marte impactó sobre una joven Tierra, dejando volar material alrededor de su órbita, que se fusionó para formar la Luna. Debido a la altísima temperatura, los elementos de la futura Luna no deberían contener gases y ni líquidos.
El equipo de astrónomos encabezados por Hejiu Hui, de la Universidad de Notre Dame, cuestionó esa hipótesis al descubrir mucha agua dentro de los fragmentos de las anortositas.
Hejiu y sus colegas estudiaron el contenido mineral y químico de los ejemplares, obtenidos por las misiones del programa espacial Apolo.
Los ejemplares contenían entre 2,7 y 6 miligramos de agua por kilogramo de anortosita. Los científicos afirman que es un indicio muy alto para los fragmentos que se formaron en la capa superficial lunar.
Aparentemente ese descubrimiento, publicado en la revista Nature Geoscience,
provocará la reconsideración por parte del mundo científico de la hipótesis de la formación de la Luna, opina Hejiu.