“Cerca de la Tierra hay decenas de miles de cometas pequeños. Podemos escoger de entre esta multitud uno que vuele en la dirección que nos interese, o sea, hacia un asteroide potencialmente peligroso. Se podrá enviar hacia los pequeños cometas un dispositivo con motor que funcione a partir del metano de los propios cometas”, añadía el científico ruso.
El motor del dispositivo puede modificar la trayectoria del cometa y dirigirlo hacia el meteorito, desviando su rumbo e impidiendo que impacten contra la Tierra.
Tras la caída del meteorito en la región rusa de Cheliábinsk, los expertos del Roscosmos, la Agencia Espacial rusa, redactaron un programa federal prioritario para la protección de Rusia frente a las amenazas provenientes del espacio.
Se estima que dicho programa contará con un presupuesto de unos 2.000 millones de dólares para un periodo de 10 años.