El derretimiento de esta capa (formada por tierra o roca con hielo permanente y materia orgánica atrapada), libera CO2 extra a la atmósfera. Sólo en Siberia, el derretimiento masivo de esta capa liberaría más de 1.000 gigatoneladas de dióxido de carbono y metano, principales gases de efecto invernadero, advierten expertos de Rusia, Suiza, Gran Bretaña y Mongolia en las conclusiones del estudio aparecidas en la revista 'Science' este viernes.
Esto repercutirá de manera problemática en el clima, en los ecosistemas y en las infraestructuras construidas por el ser humano, que quedarán totalmente destruidas, según advierte Kevin Schaefer, del Instituto Cooperativo para la Investigación de Ciencias Medioambientales, de la Universidad de Colorado.
Por su parte, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha confirmado que el 'permafrost' o 'permacongelamiento' ya ha empezado a derretirse en algunas zonas del planeta y podría liberar entre 43.000 y 135.000 millones de toneladas de dióxido de carbono de aquí al año 2100.
Casi 200 naciones han firmado y ratificado el Protocolo de Kyoto, un acuerdo internacional que tiene por objeto reducir las emisiones de los principales gases de efecto invernadero.
El objetivo es mantener el aumento de la temperatura global por debajo los 2 grados centígrados, punto por encima del cual la comunidad científica advertía que el cambio climático sería irreversible e imposible de controlar.
Sin embargo, más de 100 naciones pobres reclaman que el techo máximo de aumento de la temperatura global se fije en 1,5 grados centígrados para su seguridad. A día de hoy, las emisiones de este tipo de gases continúan aumentando.