Según el estudio basado en las simulaciones hechas por el Centro Nacional de Supercomputación, que recrean el origen del universo cercano, se trata de galaxias enanas que se mueven tan rápidamente que su gas 'desaparece' durante el viaje, por lo que son invisibles a los telescopios.
Los cálculos que llevaron a esta conclusión se hicieron con el superordenador MareNostrum Barcelona y se basaron en los datos de posición y velocidad de las galaxias más próximas a la Vía Láctea, a una distancia de hasta un centenar de millones de años luz.
A partir de esos datos, los investigadores recrearon las condiciones en las que la Vía Láctea y su galaxia hermana, Andrómeda, empezaron a formarse hace unos 10.000 millones de años.