Hasta ahora, los análisis genéticos normales habían podido confirmar la existencia de una especie de 'Adán' genético común que vivió hace unos 140.000 años.
Sin embargo, un estudio en profundidad de la muestra del ADN de Perry ha revelado que Perry no descendía de ese 'Adán' genético, sino que su linaje masculino probablemente se separó de los demás hace 340.000 años.
El estudio fue elaborado por Michael Hammer, genetista de la Universidad de Tucson, Arizona, quien sugiere que una posible explicación es que "hace cientos de miles de años se produjo una extraña mezcla entre humanos ‘modernos’ y otros más arcaicos en África central".
Ya en 2011, fósiles humanos encontrados en Nigeria mostraron inesperados indicios de una existencia humana arcaica que, según Chris Stringer, integrante del equipo de arqueólogos que hallaron los fósiles, planteaba un nuevo escenario para la evolución humana.