Este martes representantes de diferentes ministerios e instituciones científicas se reunieron en Moscú para debatir un posible escudo de defensa espacial. Según los participantes del encuentro, sería un proyecto destinado a tratar no solo las amenazas naturales, sino también las artificiales, como la basura cósmica. El Ministerio de Emergencias, por su parte, anunció que organizará un departamento que se dedicará a prestar asistencia a la población en caso de un 'ataque espacial'.
Las iniciativas planteadas incluyen lanzar al espacio satélites de inteligencia espacial, colocar un sistema de observación de asteroides a unos 400.000 kilómetros desde la Tierra, en las proximidades de la Luna, e instalar telescopios de campo ancho en la superficie terrestre, en la zona del lago Baikal, por ejemplo.
Una idea más es construir una sonda espacial que pueda aterrizar en un asteroide y 'pegarle' un radiofaro: de este modo se podrá seguir mejor la trayectoria del cuerpo celeste y calcular su impacto con más precisión. Según los científicos, ya existe un diseño inicial de tal dispositivo. La próxima etapa será abatir un asteroide: entre los posibles instrumentos para ello figuran un remolcador espacial, un cohete portador o un misil balístico que deberían acertar el cuerpo con una carga nuclear.
Sea como fuere, los especialistas coinciden en que un sistema eficaz de defensa espacial, indudablemente extremadamente costoso y muy complicado tecnológicamente, debe ser producto con una intensa colaboración internacional.
El debate sobre la necesidad de monitorear las amenazas espaciales se reavivó en Rusia después de que el pasado 15 de febrero un meteorito cayera en la región rusa de los Urales, sembrando el pánico en la población. La onda expansiva causó daños en edificios de seis ciudades y más de 1.200 personas resultaron heridas.