"Reanimación de zombis": Clonan embriones de una especie extinguida hace tres décadas

Científicos de la Universidad de Nueva Gales del Sur (Sídney, Australia) han logrado volver a la vida la rana australiana 'Rheobatrachus silus', extinguida en 1983.
Las células de la rana desaparecida comenzaron a dividirse y a crecer hasta alcanzar la fase embrionaria. Los resultados obtenidos podrían ayudar a la recuperación de numerosos tipos de anfibios que hoy están desapareciendo, afirman los científicos.

Una sofisticada tecnología de clonación permitió a los investigadores implantar en un óvulo de una especie distinta de rana un núcleo celular 'muerto' del batracio extinto conservado durante 40 años en un congelador convencional.

"Estamos viendo cómo Lazarus vuelve a la vida, paso a paso", ha afirmado el director del denominado Proyecto Lazarus, el profesor Mike Archer. "Hemos reactivado las células muertas en células vivas y hemos conseguido revivir el genoma de una rana extinta. Ahora tenemos nuevas células criopreservadas de 'Rheobatrachus silus' para usarlas en experimentos de clonación futuros”.

Los resultados publicados han dado pie a una acalorada discusión sobre los posibles planes de 'recuperación' de especies extintas. Entre los posibles candidatos figuran el mamut, el dodo, el guacamayo cubano y la moa gigante de Nueva Zelanda.

¿Vale la pena “convivir con zombis reanimados"?


El 15 de marzo empezó en Washington una conferencia dedicada a la recuperación de especies extinguidas que atrajo a biólogos de todas las especialidades, además de abogados, sociólogos, especialistas en ética e incluso artistas.

A pesar de lo atractiva que pueda resultar la recuperación de animales ya desaparecidos, existen serias dudas sobre la viabilidad del proyecto. Según Corey Bradshaw, ecologista y codirector del Centro del Clima del Instituto de Ecología y del Medio Ambiente de la Universidad de Adelaida (Australia), citado por el sitio web The Conversation, a muchos les parece evidente que hay que resucitar especies extintas. Sin embargo, para el científico, si se piensa detenidamente, no está tan claro que exista ninguna necesidad de hacerlo.

“Incluso si la clonación fuera posible, no habría lugar para estos nuevos individuos. La destrucción del hábitat es la principal causante de la extinción de las especies. Si no revertimos el proceso de destrucción del hábitat, todas las demás soluciones son inútiles. La clonación no va a crear nuevos bosques ni arrecifes de coral, por ejemplo”.

Además, la clonación es cara. Clonar a un solo animal puede llegar a costar millones de dólares. Al igual que los costes asociados a los programas de cría en cautividad, sería una pérdida insensata de fondos, afirma Bradshaw, que sugiere invertir estos fondos en “esfuerzos reales de preservación, tales como adquirir terrenos para conservar y restaurar los ecosistemas”.

“Personalmente, no estoy a favor de convivir con zombis reanimados”, concluye el científico.