Con solamente 18 años de edad, la futura madre, Elena Melnikova, empezó a envejecerse drásticamente: su cara se arrugó, comenzó a sufrir de distonía muscular y calcificaciones subcutáneas.
La joven pensaba suicidarse, pero la cirugía plástica y el tratamiento con células madre le devolvieron la voluntad de seguir adelante.
Incluso ha conseguido concebir de forma natural a pesar del hipogonadismo, es decir, con ovarios no muy funcionales debido a su trastorno genético. No se sabe quién es padre (Melnikova no está casada y no tiene novio), pero a la futura madre esto no le importa, quiere ser feliz y ver a su propia hija.
Los médicos dicen que la niña será sana gracias al material biológico de su progenitor. Melnikova ya tiene 29 semanas de gestación y su embarazo marcha bien, informa el diario 'Life News'.
Un caso parecido ocurrió en Polonia en 2010, donde una mujer de 34 años de edad con síndrome de Werner dio a luz mediante cesárea a una niña sana de 1,95 kg.