La eyección de masa coronal se originó el 15 de marzo 2013 como resultado de una llamarada solar de clase M1, cerca de la mancha solar AR1692, cuyo diámetro es comparable al de la Tierra. Una corriente de partículas cargadas generada por este fenómeno alcanzó nuestro planeta dos días después.
Durante más de cuatro horas el campo magnético de la Tierra sufrió un golpe potente de partículas cargadas, generando un fascinante espectáculo celestial, esta aurora boreal de extraña belleza.
Por su potencia la llamarada fue de clase media, lo que dio pie a una tormenta geomagnética de sólo dos puntos de intensidad de cinco posibles. Una tormenta de esta intensidad no suele tener un fuerte efecto en la electrónica y el bienestar humano, pero su aspecto resulta impresionante.