Los así llamados 'anillos de hadas', que presentan un diámetro de hasta 15 metros y que aparecen a menudo en las zonas áridas del suroeste de Africa, pueden perdurar hasta unos 75 años.
Existe muchas hipótesis sobre su origen. Algunas tribus africanas creen que son obra de espíritus, mientras que otras los atribuyen al recuerdo que 'conserva' el desierto de aquellos guerreros muertos en sangrientas batallas contra el invasor. Al margen de las supersticiones locales, los científicos han barajado numerosas explicaciones, como que se trata de la supuesta marca dejada por avestruces al frotarse contra el suelo, o que se debe a la presencia de minerales radiactivos o incluso de plantas venenosas. Pero hasta el momento ninguna de las hipótesis había sido probada. Hasta ahora...
El biólogo alemán Norbert Jürgens, que ha participado en más de 40 expediciones a África y ha estudiado miles de 'anillos de las hadas' en Namibia y Angola, asegura haber demostrado que los círculos son el resultado de la actividad de las termitas
de arena o 'psammotermes allocerus'. Según Jürgens, los insectos se comen las raíces de la vegetación que comienza a crecer tras la lluvia, lo que genera en el subsuelo balsas de humedad, ya que la ausencia de vegetación frena su evaporación. De esta forma las termitas se alimentan, acumulan agua, lo que facilita su supervivencia y, además, provocan un estallido de biodiversidad en la zona.
En su estudio, publicado en el diario 'Science', Jürgens subraya que los 'anillos da hadas' son unos ecosistemas que benefician no solo a las propias termitas, sino a otros animales que se alimentan de la vegetación que crece alrededor de los círculos.
El estudio de Jürgens no ha convencido a uno de los mayores expertos en estos enigmáticos círculos, el entomólogo Walter Tschinkel, que critica sus trabajo porque -asegura- confunde la correlación con la causa.