“No hemos podido comenzar el estudio debido a que encontrar empresas que puedan fabricar esta sustancia y que estén dispuestas a pasar por las estrictas reglamentaciones [del Reino Unido y de la UE] para obtener la licencia necesaria, está resultando muy difícil", denunció Nutts hoy en una rueda de prensa.
Los hongos alucinógenos están clasificados como una droga del tipo A, y las regulaciones del Reino Unido y la UE sobre este tipo de drogas establecen que para que una compañía pueda producir principios activos procedentes de este tipo de drogas tengan que pagar unos 118.000 euros para poder obtener la licencia.
“Sólo necesitamos una cantidad relativamente pequeña que apenas llegará a unos cuantos cientos de euros”, explica Nutts, por lo que, prosigue, "si tenemos que pagar 118.000 euros para empezar, simplemente no podemos permitirnos seguir adelante con el proyecto”.
La depresión es ahora la principal causa de discapacidad en Europa"
“La depresión es ahora la principal causa de discapacidad en Europa. Hay muchos tratamientos pero sólo alrededor de un tercio de los pacientes responden con éxito a ellos. El 10% no responden a, al menos, tres tratamientos diferentes", aclaró el científico.
"Necesitamos desesperadamente nuevos tipos de tratamientos pero no podemos continuar con ellos porque los Gobiernos deniegan a los científicos el acceso a tratamientos importantes que podrían ayudar a las personas que lo necesitan. Las normas que regulan el acceso de los investigadores al uso de las drogas del tipo A son totalmente inapropiadas y perjudiciales”, agregó.
En una investigación realizada en 2012, Nutts y su equipo encontraron que la psilocibina, presente en los hongos alucinógenos, reduce significativamente la actividad en una parte del cerebro llamada cortex cingular anterior, una zona que muestra una hiperactividad en personas con depresión profunda, haciendo que los enfermos que la padecen no puedan parar de pensar en sí mismos, en sus deficiencias, en lo poco que valen o lo malos que son, pudiendo llegar a “comportamientos autodestructivos”, según los expertos.