A diferencia del método más frecuente de termoablación que incluye el calentamiento y el enfriamiento secuencial del tumor, el IRE utiliza impulsos eléctricos que producen orificios microscópicos en las células tumorales, rompiendo el equilibrio interno y externo de las moléculas.
Como resultado, la célula afectada muere. En este caso, el tejido sano que se encuentra cerca del tumor no resulta dañado. Esto es particularmente valioso para el tratamiento de pacientes con determinados tipos de cáncer como el de hígado, pulmones, páncreas y otros órganos que se encuentran al lado de los grandes vasos sanguíneos, los nervios y otras estructuras vitales sensibles.
El método IRE ha sido probado en 25 pacientes que sufren diferentes tipos de cáncer. El tamaño medio del tumor era de dos centímetros.
Los especialistas del Centro del Cáncer Sloan-Kettering en Nueva York han realizado un total de 30 sesiones, que se llevaron a cabo sin mayores complicaciones, lo que demuestra la viabilidad de la nueva técnica. Por ahora los investigadores esperan confirmar el éxito obtenido en los futuros exámenes clínicos.