A pesar de su tamaño, estos hígados pueden realizar la mayoría de las funciones de un hígado real, lo que representa un gran salto para determinar con mayor precisión los efectos de drogas y enfermedades sobre el tejido del órgano. La presentación de este gran avance tuvo lugar durante la conferencia de Biología Experimental que se ha llevado a cabo en Boston, EE.UU.
Hasta ahora, un ensayo sobre tejido hepático basado en una o dos capas de células tiene una vigencia de 48 horas. Además del límite de tiempo, también existe un límite funcional, ya que estas células no poseen las funciones de un hígado humano real.
Los 'minihígados' son un trabajo de Organovo, una compañía con sede en California (EE.UU.) que ha estado desarrollando su tecnología de impresión de órganos en 3D, denominada NovoGen, desde hace varios años.
El tamaño de los hígados es de cuatro milímetros de lado y apenas medio milímetro de profundidad. La impresora prepara unas veinte capas de hepatocitos y células perisinusoidales, pero también se encarga de agregar células que pertenecen al revestimiento de los vasos sanguíneos.
Estas células forman los canales necesarios para que las réplicas de hígados puedan recibir oxígeno y nutrientes, extendiendo la duración del tejido a cinco días o incluso más si las condiciones son ideales. El material original proviene de tejido que debió ser retirado en intervenciones quirúrgicas previas.
El próximo paso para Organovo es la impresión 3D de órganos en tamaño real, completamente funcionales y listos para ser utilizados en trasplantes. El mayor desafío que enfrenta está en la formación de una red de vasos sanguíneos lo suficientemente compleja y amplia para que estas réplicas sean viables.