'Hackean' las gafas de Google en un abrir y cerrar de ojos antes de salir al mercado

Las famosas Google Glass saldrán al mercado mundial a finales de año, pero el prototipo —que fue puesto a la venta por 1.500 dólares solo para algunos desarrolladores— ya ha sido 'hackeado', lo que pone en tela de juicio la seguridad del dispositivo.
El autor del 'hackeo' y de la consiguiente modificación del sistema operativo de las gafas, que usa una versión de Android con su propia interfaz superpuesta, es Jay Freeman (apodado 'Saurik'), uno de los afortunados que pudo comprar uno de los 2.000 prototipos.



El gigante tecnológico y de Internet aún no ha respondido oficialmente al fallo encontrado, pero los expertos tienen claro que la compañía deberá hacer algunas modificaciones en su producto, puesto que podría suponer una amenaza para la privacidad de los usuarios. 

Tim Bray, un conocido desarrollar de software y que en la actualidad trabaja en Google, escribió en su cuenta de Twitter que los lentes pueden ser 'hackeados'.

Yes, Glass is hackable. Duh. goo.gl/HQpLC

— Tim Bray (@timbray) 26 апреля 2013 г.

‘Saurik’ es conocido por crear la aplicación ‘Cydia’, cuya principal intención es proveer modificaciones (que no están disponibles en la tienda de aplicaciones de Apple) para conseguir acceso al sistema operativo iOS. Este proceso se llama ‘jailbreak’ y aunque es legal en los EE.UU., Apple anunció que la práctica puede violar la garantía del producto.

En Android este proceso se conoce como ‘rooting’, y no está restringido por Google. Así, aunque el propio ‘Saurik’ ha denominado a este ‘hackeo’ como ‘jailbreak’, en realidad ha hecho un ‘rooting’ debido a que las gafas de Google usan una versión de Android. El ‘jailbreak’ o ‘rooting’ de las lentes de Google permitirá a los usuarios instalar aplicaciones y hacer modificaciones en el sistema, lo que podría quedar fuera del control de Google.

Por otro lado, Eric Schmidt, ex presidente y director general de Google, considera que es necesario desarrollar un protocolo a fin de hacer frente a este tipo de productos de alta tecnología, puesto que —dice— los usuarios de Google Glass pueden, por ejemplo, hacer grabaciones de vídeo en secreto y utilizarlos con fines dudosos.