Tradicionalmente se ha considerado que las palabras no pueden permanecer en una lengua más de 8.000 o 9.000 años. La evolución y los préstamos de otras lenguas llevan las palabras antiguas a la extinción. Sin embargo, un nuevo estudio sugiere que eso no siempre es verdad, ya que algunas palabras podrían haber pervivido más de 15.000 años en idiomas pertenecientes a distintas familias lingüísticas.
El estudio presenta una lista de palabras que han sobrevivido, relativamente poco alteradas, durante 150 siglos. Entre ellas se encuentran vocablos muy comunes ('madre', 'no', 'qué', 'oír' y 'hombre') pero también algunas sorpresas, como 'fluir', 'ceniza' y 'escupir'.
La presencia en idiomas modernos de estas palabras tan antiguas parece indicar que unas 700 lenguas contemporáneas compartirían orígenes. Estos idiomas no solamente son hablados por más de la mitad de los habitantes del planeta, sino que pertenecen a siete familias lingüísticas totalmente diferentes, como la indoeuropea (a la que pertenece el español), la altaica (en la que se encuentra el turco) y la dravídica (con presencia en el sur de la India). Es la primera vez que los lingüistas logran trazar, para lenguas tan dispares, un origen común, que han acordado llamar 'protoeuroasiático'.
"Nunca hemos escuchado ni una palabra en esta lengua, no está escrita en ninguna parte", señala Mark Pagel, el profesor de biología de la Universidad de Reading, Reino Unido, que encabezó el estudio. Pero según el investigador británico, esta lengua ancestral fue hablada alguna vez alrededor de las hogueras por nuestros antepasados.