Por su parte, el perro Shuntaro reconoce el mal olor de pies y, aunque no habla como la humanoide, agita la cabeza si el olor es normal, ladra y gruñe si es malo y se desmaya en el caso de que se trate de un olor muy fuerte, según informa el diario Asahi.
Según contó el presidente de la empresa, Kennosuke Tsutsumi, se le ocurrió crear este tipo de robots después de que sus familiares se quejaran continuamente de su mal aliento y el olor de sus pies. Tsutsumi se reunió con Takashi Takimoto, ingeniero mecánico de la Universidad de Kitakyushu, para realizar el proyecto.
Para hacer realidad la idea, el equipo de Takimoto usó alimentos con fuertes olores, como el ajo o las verduras fermentadas, e incluso calcetines usados durante días.