El astrónomo Bill Coke, por su parte, señaló que "ese día un objeto del tamaño de una roca cayó en el Mare Imbrium [el segundo mayor mar lunar] y explotó con un brillo diez veces mayor que cualquiera de los que habíamos visto hasta el momento".
La roca que causó la explosión era tan solo de unos 30 o 40 centímetros y de unos 40 kilogramos de peso. Sin embargo, viajó muy rápido, a una velocidad superior a los 90.000 kilómetros por hora, y la explosión fue equivalente a la de cinco toneladas de TNT.
Los astrónomos indican que el destello fue tan brillante que podría haber sido observado sin telescopio ya que durante un segundo el brillo alcanzó la intensidad de una estrella de magnitud 4.
Coke opinó que la explosión fue parte de un acontecimiento astronómico mayor y la relacionó con el hecho de que aquel día fue detectado un gran número de bolas de fuego dirigidas hacia la Tierra. Según su "hipótesis de trabajo", ambos eventos fueron consecuencias del "encuentro del sistema Tierra-Luna con una nube de escombros".