"En el Sol se ha registrado un destello de clase M5. A pesar de que la intensidad fue moderada, la duración de la fulguración fue larga, durando más de dos horas”, explicó el Instituto de Geofísica Aplicada Rosgidromet de Rusia a la agencia RIA Novosti.
El Instituto afirma que el flujo de protones expulsados podría llegar al espacio cercano a la Tierra y causar un grave deterioro de las comunicaciones por satélite que se encuentran en las regiones polares de nuestro planeta, así como desatar varios fenómenos en la ionosfera.
Las fulguraciones se clasifican según la intensidad de los rayos X en cinco clases o niveles denominados por las letras latinas A, B, C, M y X. El nivel mínimo, A0.0, corresponde a la potencia irradiante en la órbita terrestre de 10 nanovatios por metro cuadrado y cada nuevo nivel presupone el aumento de la irradiación en 10 veces.
El pasado 13 de mayo se produjeron dos gigantescas explosiones en el Sol de clase X. A pesar de la potencia del fenómeno, los científicos aseguraron que no había amenaza de perturbación magnética en la Tierra. Las explosiones de clase X pueden causar tormentas radioactivas de larga duración y causar efectos nocivos sobre los seres vivos, el clima, las telecomunicaciones, los satélites y el suministro de energía eléctrica.