El Herschel identificó, a través de grandes nubes de polvo, una fusión muy poco frecuente de dos galaxias llamadas HXMM01, ubicadas a unos 11.000 millones de años luz de la tierra, una cerca de la otra, y que estaban fusionándose generando 2.000 soles al año (la Vía Láctea 'incuba' dos o tres).
Las fusiones son bastante comunes en el cosmos, pero este evento en particular es más inusual, dada las prolíficas cantidades de gas y estrellas en formación y la gran intensidad de la fusión en una época tan distante, hace unos 11.000 millones de años.
Así, el descubrimiento resuelve un enigma en la comprensión de cómo las galaxias elípticas gigantes se desarrollaron rápidamente en el universo temprano y por qué dejaron de producir estrellas poco después.