Los recientes estudios del bosón de Higgs confirman la hipótesis de la inestabilidad de nuestro universo, lo que significa que tarde o temprano este puede dejar de existir en la forma en la que lo conocemos.
"Suena paradójico, pero esta probabilidad existe", indica el investigador principal del Instituto de Filosofía de la Academia rusa de Ciencias, Vladímir Budánov. Según explicó, existe la posibilidad de la desintegración del propio bosón de Higgs, por lo que todas las partículas existentes tomarán un nuevo aspecto y el universo, que tiene 14 millones de años, desaparecerá.
Sin embargo, Budánov agregó que actualmente el proceso no amenaza a la humanidad, ya que tardará unos 5.000 millones de años en cumplirse, y para entonces el Sol y la Tierra ya habrán desaparecido.
Las conclusiones del investigador ruso coinciden con la idea, anunciada el pasado mes de febrero por el equipo científico del Gran Colisionador de Hadrones (GCH), el principal acelerador de partículas del mundo, que encontró la 'partícula de Dios'.
El doctor Joseph Lykken, físico teórico del Laboratorio Nacional Fermi que trabaja en el GCH, indicó que el universo en el que vivimos puede ser intrínsecamente inestable y en algún momento "puede ser que todo sea eliminado". Según el científico, debido al concepto conocido como falso vacío, el actual universo será sustituido por un nuevo.
El descubrimiento de la 'partícula de Dios' fue anunciado en agosto pasado. El bosón de Higgs es una partícula elemental hipotética masiva cuya existencia establece el modelo estándar de la física de partículas y explicaría el origen de la masa de otras partículas elementales.