Con su estudio, Stewart demostró la teoría del así llamado 'modo frío' de formación de pequeñas galaxias, según la cual el gas frío sirve de combustible para las estrellas. Los superordenadores procesaron la enorme cantidad de interacciones necesarias entre hidrógeno, helio y materia oscura para simular el nacimiento de las galaxias en el espacio según las leyes de la física.
"La formación de una galaxia es muy caótica. Utilizamos varios cientos de procesadores de ordenador y trabajamos durante meses para simular y aprender más acerca de cómo funciona este proceso", indica Stewart citado por la revista 'Astrophysical Journal', que publicó los resultados detallados del estudio.
Según el coordinador del experimento, la simulación de las galaxias tenía como objetivo comparar los resultados obtenidos gracias a las supercomputadoras con lo que observan los telescopios. "Queremos ver si realmente entendemos cómo se forma una galaxia. Nos ayuda a entender el sentido del universo real", concluyó Stewart.