Todos los pescadores destacan la enigmática circunstancia de que los peces fueron atrapados en el mismo lugar: en frente del monasterio de Novodévichi. En este punto se encuentra una central térmica y los peces parecen haberse adaptado al entorno, donde crecen hasta adquirir tales proporciones, suponen los científicos.
"Los peces capturados en Moscú tienen un peso digno de mención: es la primera vez que veo un pez de 50 kilos, lo habitual son 10 o 15 kilos", dijo el profesor del Departamento de Ictiología de la Universidad Estatal de Moscú Kiril Kuzishin, citado por el diario ruso 'MK'.
"Las carpas pueden migrar río arriba cientos de kilómetros, no es una gran distancia para ellas: en el curso inferior del río Volga se las encuentra nadando libremente desde Astracán hasta a la presa de Volgogrado", explicó.
"Aunque es posible que el pez viva de forma permanente en la zona del río frente al monasterio de Novodévichi ya que, dado el flujo de agua caliente proveniente de la central, allí pueden pasar comódamente el invierno. No hay que creer que es algo anómalo pero, en cualquier caso, no aconsejaría comer estas carpas sin antes analizarlas en un laboratorio", advirtió el científico.
En los últimos tiempos mutantes gigantescos aparecen con cierta frecuencia en varias partes del mundo. Por ejemplo, el pasado mayo en Roma se detectaron enormes siluros mutantes de casi 3 metros que se acercan a la orilla del río Tíber para intentar capturar aves y otras animales.