Los astrónomos advirtieron que no había de qué preocuparse, ya que el asteroide pasaría a unos 105.000 kilómetros de la Tierra —tres veces más cerca que la Luna— y, además, su tamaño es muy pequeño, de solo unos 10 metros de diámetro.
Aunque el 2013 LR6 hubiese colisionado con nuestro planeta, no habría causado ningún daño grave, puesto que un objeto de dimensiones tan reducidas se desintegraría en la atmósfera. Se cree que su acercamiento con la Tierra pudo cambiar un poco su órbita.
El asteroide fue descubierto por Catalina Sky Survey, el proyecto estadounidense para la búsqueda de asteroides, y fue posteriormente confirmado por varios observatorios.