"Esto es algo que nunca se ha visto antes en los cefalópodos ni en ningún animal con fertilización externa", dijo a la ABC el biólogo Benjamin Wegener,
jefe del estudio.
En la cópula, el macho del calamar cola de botella ('Sepiadarium austrinum') dispara sus espermatóforos -masa que contiene espermatozoides- contra la hembra y éstos se adhieren a una bolsa alrededor de su cavidad bucal.
Algunos de los espermatóforos aterrizan en la base de la cavidad y las hembras hacen uso de sus tentáculos para intentar poner rápidamente los óvulos sobre ellos, ya que tienen tres semanas para la fertilización antes de que comiencen a degradarse.
Pero no todos sirven para la fertilización, ya que algunos espermatóforos quedan lejos de la cavidad bucal y la hembra los toma y se los come, según describió Wegener, quien cree que éstos la ayudan a mantener la energía durante la actividad sexual.