El estudio publicado en la revista 'Astrophysical Journal' demuestra que el hallazgo realizado mediante el telescopio espacial Very Large Telescope (VLT) en colaboración con el Instituto de Astrofísica de Canarias "pone en jaque las actuales teorías y revela cómo evolucionan e interactúan con su entorno los agujeros negros supermasivos".
"Los agujeros negros aún guardan secretos que sólo pueden revelarse con lentes tan gigantes como el interferómetro del VLT", explica uno de los responsables de la investigación. El telescopio ha permitido a los astrónomos realizar las observaciones más detalladas hasta ahora de un agujero negro dentro de una galaxia.
Años de investigaciones permitieron a los astrónomos detectar que casi todas las galaxias tienen en su centro un agujero negro que crece engullendo materia de su entorno, principalmente polvo cósmico, creando de esta manera el núcleo de una galaxia activa.
Las recientes observaciones de una galaxia activa bautizada como NGC 3783, realizadas con el uso del interferómetro, depararon una verdadera sorpresa para un equipo de científicos.
"Con esta superamplificación vimos que el polvo que esperábamos encontrar alrededor de este agujero negro y del cual este se alimenta con ferocidad, no parece estar destinado por entero a este fin. Vemos mucho polvo que está localizado en la misma dirección en la que sale la radiación", ha explicado la astrofísica del IAC Almudena Prieto.
El descubrimiento de los astrónomos puede cambiar el paradigma de la evolución de los agujeros negros, ya que ahora tienen claro, que el polvo cósmico está siendo expulsado por una fuente de radiación muy fuerte. A partir de ahora todos los modelos de la distribución del polvo deberán tener en cuenta este descubrimiento.