Después de un terremoto, las zonas de fallas pueden necesitar no más de un par de años para recuperar su estado anterior, sugiere la investigación. Pero ese proceso no está exento de contratiempos: grandes terremotos pueden volver a afectar
a las fallas frágiles, lo que prolonga 'la curación'.
Una falla debilitada por una ruptura no comenzará a recuperarse de nuevo hasta que sea lo suficientemente fuerte. Así, los nuevos datos podrían ayudar a los investigadores a calcular más exactamente el tiempo de los ciclos de terremotos en una zona de fallas.
La investigación cuenta la historia de un pozo de 1.201 metros perforado en la zona de la falla Longmen Shan, después del gran terremoto que devastó el sur de China en 2008. De hecho, fue el primer pozo perforado especialmente para supervisar el proceso 'de curación', ya que antes los geólogos estudiaban las fallas en el laboratorio o en la superficie del planeta.
Los investigadores chinos midieron indirectamente los parámetros de la falla observando cómo el agua fluía a través de la roca. Y es que cuando una falla nace durante un terremoto, las rocas se rompen, por eso cuantas más grietas hay en la falla, más débil debe ser, explica el coautor del estudio, Emily Brodsky, geofísico de la Universidad de California.
Desde enero del 2010 hasta agosto del 2011 Brodsky junto con su colega Xue Lian observaron cambios en la permeabilidad de la roca midiendo los cambiantes niveles del agua subterránea en el pozo. Al caer bruscamente la permeabilidad, los científicos llegaron a la conclusión de que la recuperación después del terremoto en Longmen Shan debería haber durado entre siete meses y dos años y medio. Mientras que anteriormente, algunos estudios indicaban que las fallas podrían tardar décadas o más tiempo en 'sanar'.