Los astrónomos establecen por primera vez el color de un exoplaneta

Astrónomos británicos han conseguido por primera vez establecer el color de un planeta situado fuera del sistema solar, descubriendo que el gigante gaseoso HD 189733b, en la constelación de Vulpecula, es de color azul brillante, como la Tierra.
Según el artículo aprobado para la publicación en la revista 'Astrophysical Journal Letters', el descubrimiento fue realizado empleando el telescopio espacial de la NASA Hubble, que permitió a los científicos de la Universidad de Oxford (Reino Unido) llevar a cabo el análisis espectral del exoplaneta estudiado, estableciendo así el color de su atmósfera. 

"Ahora podemos imaginar cómo se ve en directo este planeta en órbita. Realmente es muy difícil determinar el color de la atmósfera de un planeta, incluso para los cuerpos del sistema solar. Las nuevas observaciones ayudaron a resolver este enigma en el caso del HD 189733b, y ahora poco a poco conforman una 'imagen' completa de este exótico planeta", explica Frederic Pont, de la Universidad de Exeter (Reino Unido).

La enorme distancia que nos separa de este 'gigante azul', 63 años luz, hace imposible conseguir una imagen de él, ni siquiera con uno de los mejores telescopios de los que se dispone hoy en día. Sin embargo, los espectrómetros del Hubble sí permitieron a los investigadores obtener dos espectros: el del momento en que el planeta está oculto detrás de su estrella, y el momento en que está en la región visible. Comparando estos espectros entre sí, los investigadores fueron capaces de determinar sus propiedades ópticas, y en particular llegar a la conclusión de que su atmósfera es de color azul.

El HD 189733b está deshabitado y pertenece a una clase de planetas llamados 'Júpiteres calientes'. Las observaciones anteriores han demostrado que el planeta orbita su estrella en sólo dos días y su superficie se calienta hasta unos 800 grados Celsius. Los científicos explican el color por la presencia de una capa de nubes continua en la atmósfera inferior. Este mecanismo es completamente diferente de los que explican el color azul de algunos planetas del sistema solar. Por ejemplo, la Tierra es de color azul debido a un océano líquido en su superficie y Neptuno, por el metano en su atmósfera.