El actor más flexible del mundo ingresó al maestrazgo

El hombre más flexible del mundo y cuyo talento extraordinario está reconocido por el Libro Guinness de Récords, el actor Mujtar Gusengadzhíyev, se metió a la enseñanza. Abrió en Moscú una escuela denominada “Camino hacia la felicidad” y se hizo con sus primeros alumnos, para quienes es Maestro con mayúscula, según sus menciones.

El control absoluto sobre la elasticidad del cuerpo y una mentalidad de yoga que pone en práctica sin ningún matiz religioso, le permitieron sumar el maestrazgo a su carrera principal, puesto que, además de los espectáculos de un actor, Mujtar filma en el cine. Ya aprobó la perfección de sus prácticas en los palcos de París y Los Ángeles, lugares donde su nombre resultó ser muy reconocido. Sin embargo, la fama mundial no es un objetivo para él quien adoptó la filosofía del yoga.

Mujtar está convencido de que el control de su cuerpo y la disciplina le ayudan a cambiar la vida y vivirla según sus propias reglas. Él mismo enfatiza que no había nacido con ese talento especial, sino que tardó años para empaparse en su filosofía actual. A sus 20 años fue condenado a tres años de cárcel por la participación en una pelea. Desde entonces, pasando sus mejores años en la sombra, decidió dedicarse a la salud y el perfeccionamiento de su agilidad del cuerpo y del entendimiento.

En la historia de la literatura rusa existe una triste novela del siglo XIX, El niño de gutapercha, que describe la mala fortuna de un huérfano al que metieron en un circo para que mostrara la flexibilidad de su cuerpo: murió joven. También hijo de un orfanato, con una adolescencia difícil, Mujtar Gusengadzhíyev nos enseña una historia personal completamente diferente.

Él demuestra que solo la propia voluntad humana puede tener como producto aquella flexibilidad ejemplar y perfección del cuerpo que conduzcan, a diferencia del personaje de dicha novela, a una vida sana y feliz.