El hallazgo de los arqueólogos peruanos, realizado en la provincia de Chepén, en la región de La Libertad, sumado a otros descubrimientos sorprendentes en la zona, demuestra que las mujeres no solo fueron las encargadas de los rituales religiosos, sino también las reinas de la sociedad de esa cultura prehispánica.
"Es la octava sacerdotisa descubierta, sólo hemos encontrado tumbas de mujeres en las excavaciones y nunca de hombres", explica el director del proyecto arqueológico San José de Moro (nombre de la localidad donde se produjo el descubrimiento), Luis Jaime Castillo.
En el cuello de la mujer, enterrada en una cámara fúnebre en forma de 'L', se encontraron también una máscara y un cuchillo ritual. El sarcófago, pintado con los colores rojo y amarillo, estaba cubierto con placas de metales de cobre con imágenes de olas y de aves marinas. Dentro de las paredes había varios huecos, donde estaban escondidos recipientes de cerámica.
A los restos de la sacerdotisa gobernadora les acompañaban los cadáveres de cinco menores (dos de ellos eran recién nacidos) y de dos adultos. Según Castillo, todas estas personas fueron sacrificadas durante el proceso del entierro ritual.
El arqueólogo responsable de las labores en la cámara funeraria, Julio Saldaña, confirma que San José de Moro antes era un cementerio de la élite moche y que las tumbas más ricas encontradas en ese lugar pertenecían a mujeres.
En los últimos diez años se han encontrado en la región siete sepulcros de este tipo. El más famoso de ellos es el de la 'Señora de Cao', hallado en 2006. Fue entonces cuando los arqueólogos comenzaron a hablar sobre el papel de liderazgo de las mujeres en la cultura moche, que existía en el norte de Perú moderno desde el siglo I hasta el VIII, con centro en la ciudad de Trujillo.