En Nueva York se inauguró el festival más grande en la historia dedicado a la obra de un compositor. El intenso programa de ‘El Stravinski Ruso’ se abrió con la música del ballet ‘El pájaro de fuego’ bajo la batuta de maestro Valeri Gérgiev y la orquesta filarmónica de la ‘Gran Manzana’.
“Para mi Stravinski es el compositor más mágico”, confesó Gérgiev. “Entre todos los grandes compositores rusos fue lo más multifacético, en el buen sentido de la palabra. Lo probó de todo: creaba en el estilo neoclásico, imitaba el barroco, pero siempre se mantenía como un compositor profundamente ruso”.
Igor Stravinski nació en Rusia en 1882 y la dejó para siempre 31 año después. Vivía en París hasta 1939 y a la edad de 57 años se estableció en Estados Unidos. Solo una véz, en 1962, visitó su patria. Le enterraron, como pedía el compositor, en la isla Saint Michelle al lado de Venecia y de la tumba de su amigo, el destacado promotor de la cultura rusa y persona teatral Serguéi Diágilev. Pero siempre fue vinculado estrechamente con la cultura rusa, confesando una vez “Mi estilo es ruso”.
Mostrar este estilo y espíritu de la música rusa que se convierte, según Gérgiev, en la heréncia clásica para el escenario musical del mundo, es la misión principal de del maestro. Éste tiene sobre sus espaldas la acción cultural ‘Todas sinfonías de Dmitri Shostakovich’ y el ciclo de conciertos llevados a cabo en las ciudades estadounidenses ‘Todas sinfonías de Serguéi Prokofiev’. Es la incesante política del jefe del teatro Mariinski de la propaganda de la música rusa, que encuentra buen eco en las salas de los conciertos.
Esta vez la sala no estuvo llena… pero no por la escasez de público sino por el grupo principal de los solistas del coro del teatro Mariinski, que resultó atrapada por la situación complicada con la comunicación aérea en Europa. La músicas de Stravinski ya sonaba en el Centro Linkoln mientras ellos todavía estaban en el cielo ártico. El programa de la inauguración tuvo que ser cambiado, interpretando en vez de la música de ballet ‘La boda’, la sinfonía para los instrumentos de aire, dedicada a la memoria del amigo del compositor, Claude Debussy. Tras la interpretación de ‘El pájaro de fuego’ los oyentes no dejaban de aplaudir al maestro y los músicos del escenario.
No es la coincidencia que organizar el festival de Stravinski fue encargado a la orquesta filarmónica de Nueva York (con su jefe Alan Gilbert). El compositor realizó más de 30 conciertos, dirigiendo la misma orquesta e interpretando con esta sus obras.
Esta vez la herencia de Stravisnski sonará durante 13 conciertos con la participación, además de los ya mencionados, los pianistas Denis Matsuev y Aleksei Volodin y músicos alemanes y estadounidenses.
El festival concluirá el próximo 8 de mayo con la interpretación de la música para ballet ‘La consagración de la primavera’. La obra realizada por Igor Stravinski junto con el decorador Nikolai Roerich, el coreógrafo Vaslav Nijinsky y el empresario Serguéi Diágilev, está dedicada al sacrificio de una joven en el nombre del renacionamiento de la primavera. Interpretada en la víspera del ’Día de la victoria’ en la Gran Guerra Patria obtiene doble sentido, por que en algún modo los soldados caídos en el campo de la batalla, sacrificaron sus vidas en el nombre del nuevo futuro del país y el mundo.
En la foto principal son los artista de conjunto del Teatro de Roma en el ballet ‘La consagración de la primavera’.