Emily Thompson, una historiadora que estudia las tecnologías de sonido en la frontera entre los siglos XIX y XX en EE.UU., ha recopilado numeresos materiales, tanto en papel como en video, que muestran la lucha de los neoyorquinos con el ruido.
Los visitantes de su página, titulada The Roaring Twenties, pueden evidenciar la vida cotidiana de entonces a través de sus sonidos típicos: el ruido de los sitios en construcción, un artista callejero, un payaso con un cerdo gruñendo, un prendero gritando la compra de ropa vieja y mucho más.
"He intentado crear una máquina del tiempo", comenta Thompson. "Es una lupa muy buena para ver qué preocupa a la gente, entenderla mejor en general", añade. "Si escuchan atentamente, pueden aprender mucho sobre la cultura".
En algunos videos salen también representantes de la Comisión de Control de Ruido midiendo el nivel del sonido. "El ruido en Times Square nos priva de un 42% de nuestra capacidad de oír", establece el inspector de la Comisión en un video de 1929.