En la imagen se puede apreciar el rostro de Joseph Ratzinger con los ojos pintados con sombra verde, las cejas perfiladas, colorete y pintalabios, de forma muy llamativa, a través de un retoque por ordenador.
La octavilla ha sido criticada desde las páginas del diario conservador 'Il Giornale', propiedad de la familia del ex primer ministro Silvio Berlusconi, que considera la iniciativa "blasfema y una ofensa para toda la comunidad católica". El consejero de Forza Italia en el Ayuntamiento de Milán, Matteo Forte, en declaraciones recogidas por 'Corriere della Sera' destaca que se trata de "un menosprecio a la autoridad religiosa".
La respuesta de los organizadores no se ha hecho esperar y han afirmado que "el verdadero problema no es la provocación sino la homofobia".