El 17 y 18 de junio se realizarán en Moscú dos conciertos de la Orquesta Juvenil Simón Bolívar, de Venezuela, bajo la dirección del legendario Gustavo Dudamel. Estos músicos entusiasmaron al público europeo no sólo por su maestría sino por su temperamento inimitable. Como señalaron los críticos, al terminar el concierto en el festival BBC Proms en 2007, "el público los saludó con la pasión con la que se caracterizan más los festivales de rock. Los jóvenes demostraron cómo se puede gozar de la música clásica y ni los principiantes ni los especialistas pudieron resistirse ante la tempestad de la admiración que causaron".
"Cada vez que tocamos, lo hacemos como si fuera por última vez en nuestra vida"
Pequeño, delgado y con una bella melena negra, el joven sale al escenario, se acerca al pupitre y comienza 'La Cucaracha'. Los músicos de la orquesta se portan como si estuvieran en una discoteca y no en el trabajo. Se mueven al ritmo de la música, saltan en sus sillas, mientras Dudamel dirige. Miles de espectadores redoblan sus aplausos, la orquesta no los defraudó.
Para el público ruso Gustavo Dudamel es todavía una figura nueva. Sin embargo, es considerado uno de los mejores directores contemporáneos. No es como un maestro clásico: rígido, concentrado, tenso. El ambiente de sus conciertos tampoco es tan serio como el que reina en las salas europeas. Hace su trabajo con humor y un poco de frivolidad. Le gusta repetir: "En Venezuela para nosotros cualquier cosa es nueva. Y cada vez que tocamos, lo hacemos como si fuera por última vez en nuestra vida".
A los músicos les cuesta explicar por qué les gusta tanto tocar con Dudamel. "Cuando dirige parece que la música la acaban de escribir y que él la creó para sí mismo", dice el primer clarinetista de la orquesta filarmónica de Los Ángeles, Michelle Zhukovski. El propio Dudamel explica que para él la música es como un río, "siempre cambiante". Afirma que su orquesta hace música "con ímpetu, con ganas de mejorar y perfeccionar muchas cosas", con la pasión propia de Latinoamérica.
En Moscú la orquesta tocará la composición sinfónica de Inocente Carreño llamada 'Margariteña' que el director venezolano dedicó a su tierra natal, Margarita; las danzas del ballet 'Estancia' de Alberto Ginastera, la cuarta sinfonía de Tchaikovski, la quinta sinfonía de Beethoven, y la música del ballet de Stravinski 'La primavera sagrada'.
El 'Sistema'
Hace 30 años el compositor y organista venezolano José Antonio Abreu puso en marcha un increíble proyecto para que sus compatriotas más jóvenes se interesaran en la música, alejándolos de la delincuencia, sacando de la pobreza a los más desfavorecidos y orientando sus vidas hacia un futuro brillante.
Así, se inauguró una institución que oficialmente se denomina Fundación del Estado para el Sistema de Orquesta Juvenil e Infantil de Venezuela (FESOJIV) y familiarmente se abrevia como el 'Sistema'. En poco tiempo el proyecto comenzó a dar sus frutos. La Joven Orquesta Simón Bolívar, considerada la mejor del 'Sistema', participó en varios festivales internacionales y actualmente viaja a dar conciertos por todo el mundo. De ahí procede, entre otros, Edicson Ruiz, el contrabajista más joven en la historia de la Filarmónica berlinesa, en la que entró con 17 años, y por supuesto Gustavo Dudamel que entró en el 'Sistema' a los 5 años y ya a los 18 se convirtió en el director de la orquesta juvenil Simón Bolívar.
La máxima del 'Sistema' es 'tocar y luchar', que corresponde a la filosofía de la orquesta como medio para cambiar la vida de los niños pobres. "El lema surgió cuando el propio José Antonio Abreu vio que las posibilidades de que triunfase su filosofía de construir orquestas en cada punto de mi país eran muy escasas. Alguien se le acercó y le dijo que para conseguir cualquier ideal había que luchar. De ahí surgió ese lema 'tocar y luchar' que está escrito en las medallas con forma de violín que son parte del uniforme de los músicos de la Orquesta Juvenil de Venezuela", relató Dudamel en una entrevista.
Ahora, tras una larga etapa de lucha, el 'Sistema' cuenta con un generoso apoyo estatal: el presupuesto anual se estima en unos 30 millones de dólares. En total, la institución incluye 102 orquestas juveniles y 55 orquestas infantiles por todo el país.
"Y lo más bello del 'Sistema' es que, además, es un proyecto social, ya que la gran mayoría de los componentes proceden de familias con medianos o escasos recursos. Inclusive hay niños de la calle a quienes el hecho de pertenecer a la orquesta les cambia la vida", contó Dudamel. Los que entran en el 'Sistema' reciben comida, vivienda, un instrumento musical y una oportunidad de seguir adelante.
Los integrantes del 'Sistema' y particularmente de la orquesta Simón Bolívar lograron que la música clásica fuera escuchada con placer hasta por los que no tenían tanto interés hacia este género. El vídeo que muestra a la orquesta tocando la famosa melodía 'Mambo' de 'West Side Story' de Bernstein, fue reproducido en Youtube miles de veces. La gente, ajena a la música clásica, comenta la grabación con unas palabras eufóricas. "Es una sensación de recuerdo de la infancia, cuando te bañas en una fuente y la felicidad la sientes físicamente, en las gotas de agua", escribe uno de los que descubrió esta melodía.
Efectivamente, el placer de la música de Dudamel y de su orquesta es muy terrestre, físico. Precisamente esta característica hace a los espectadores mucho más cercanos al arte musical, que para los integrantes del 'Sistema' es el arte del placer. Dudamel no se cansa de repetir: no hay que sentir vergüenza de la música clásica. Y él, con su pasión latinoamericana, y sin ningún sentimiento de vergüenza, le dio a la música clásica algo que necesitaba: un toque nuevo, una energía fresca y, lógicamente, muchos nuevos admiradores.