Un grupo de investigadores de Singapur liderado por el profesor Charles Rubin estaba trabajando con científicos de una universidad de Indonesia en la provincia de Aceh, en el noroeste de Sumatra, cuando descubrieron una misteriosa cueva al sur de la capital de la provincia, Banda Aceh.
Según informa el portal News.com, dentro de la cueva Rubin y sus colegas encontraron capas de sedimentos de diferentes periodos que, según los científicos, fueron dejando numerosos tsunamis a lo largo del tiempo. El hallazgo llevó a los investigadores a la conclusión de que las grandes olas destructivas no ocurren en la región a intervalos fijos, lo que significa que las comunidades locales deben estar preparadas en todo momento para un desastre natural.
"Es algo que la población de la zona debe saber", dijo Rubin, quien agregó que el equipo quería "promover la seguridad de las comunidades costeras". Uno de los ejemplos más catastróficos en la historia de la región fue el tsunami provocado por el terremoto que devastó Aceh y las zonas cercanas, dejando 170.000 víctimas mortales solo en esta provincia, y cuyas olas arrasaron amplias zonas del Índico en diciembre de 2004.
De acuerdo con el profesor, además de las 'marcas' recientes, los investigadores encontraron dentro de la cueva capas de sedimentos de arena traídas por tsunamis hace miles de años. Estas capas, que contienen pequeños fósiles de la fauna del fondo del mar, están muy bien conservadas gracias a que su ubicación las protege de la erosión provocada por el viento y el agua, añadió Rubin.
Según el científico, el lugar cuenta con un impresionante y poco habitual registro de tsunamis debido a que solo las enormes olas de estos fenómenos pueden entrar en la cueva.
Rubin también ha informado que tras investigar los sedimentos los científicos determinaron que algunas de las capas fueron formadas hace entre 2.800 y 3.300 por cuatro, cinco o seis tsunamis que azotaron la zona en aquella época.
El científico destacó que hubo cientos de años de tranquilidad antes de que la enorme ola destructiva asolara Aceh en 2004, lo que una vez más demuestra que no existe un calendario aproximado que pueda ayudar a determinar cuándo deben esperar el destructivo fenómeno los habitantes de la región.