Mijalkov reivindica en Cannes el papel soviético en la II Guerra Mundial
El director ruso Nikita Mijalkov presentó en Cannes su última película, ‘El Éxodo’, la segunda parte de la oscarizada y aclamada ‘Quemado por el sol’, de 1994.
Nikita Mijalkov, uno de los directores de cine rusos más conocidos en la actualidad por sus éxitos internacionales con películas como ‘Ojos Negros’ o ‘Quemado por el sol’, presentó en la sección oficial de Cannes su última película, precisamente la segunda parte de esta última. ‘El Éxodo’ (o ‘Quemado por el sol 2’), se convierte así en la última película exhibida de las 19 que optan al máximo galardón del certamen, la Palma de Oro.
Durante la presentación del film, que fue recibido sin demasiado entusiasmo por la crítica y con división de opiniones entre el público, Mijalkov afirmó que se decidió a rodar esta secuela cuando vio ‘Salvar al soldado Ryan’, de Steven Spielberg, según informa EFE. El director reconoció estar algo molesto por la versión cinematográfica que, de la II Guerra Mundial, suelen presentar las producciones estadounidenses, en las que, según su punto de vista, “son sólo los aliados quienes ganaron al guerra”, sin destacar el papel primordial que desempeñó la Unión Soviética en la victoria.
La cinta, que con un presupuesto de 40 millones de dólares se convierte en la más cara de la historia del cine ruso moderno, cuenta la evolución vital de los principales protagonistas de ‘Quemado por el sol’, 10 años después, durante la II Guerra Mundial. Los papeles principales, el coronel Kotov y su hija Nadya, siguen estando interpretados por el propio Mijalkov y su hija, respectivamente.
La rueda de prensa de Mijalkov no fue todo lo plácida que al director le habría gustado. Inmerso en una serie de acusaciones sobre su política de dirección de la Unión de Cineastas de la Federación Rusa, el realizador tuvo que afrontar alguna pregunta de la prensa de su país al respecto. Recientemente, cerca de cien personalidades del cine ruso firmaron una carta abierta acusando al director de “autoritarismo” en su gestión de la academia rusa. Mijalkov se defendió diciendo, simplemente, que esas acusaciones estaban infundadas y que “si se me acusa de algo, quiero que lo demuestren”.
La película, que ya fue estrenada en Rusia hace más de un mes, ha tenido una acogida más bien fría por parte del público, a pesar de la gran promoción y los enormes medios invertidos en esta superproducción, que ya cuenta con otra secuela rodada a la espera de un futuro estreno. Ni la recaudación en taquilla, (algo menos de siete millones de dólares), ni el mejor puesto alcanzado en la lista de películas más vistas (sexta), ni la reacción del público ruso, parecen estar a la altura de las espectativas, a pesar de la enorme admiración que todavía levanta la primera parte de esta nueva película, que muchos, entre los cinéfilos rusos, consideran “innecesaria”.