Tras más de 3.000 años, la enigmática figura de Nefertiti sigue generando un halo de atracción capaz de hacer que las naciones se enfrenten por poseer a la que fuera la eterna reina de Egipto.
Dicho país quiere que Alemania -sede donde se viene ubicando el busto de Nefertiti desde hace décadas-, regrese a su hogar. El busto de la monarca esculpido y tallado en el siglo XIV antes de Cristo se encuentra en el Museo de Berlín, desde que en la primera década de 1900 fuera sacado ilegalmente del continente africano.
La autoridades egipcias del Departamento de Antigüedades han intentado en vano a lo largo de los últimos años, que los germanos devolvieran la pieza arqueológica. Por su parte, los alemanes aseguran que el motivo de no acceder a la petición africana se debe a motivos de seguridad y no de otra índole.
Así lo asegura el ministro de Exteriores alemán, Guido Westerwelle, aquien alude a que la escultura podría dañarse o incluso romperse durante el traslado a Egipto por lo que es imposible que la pieza salga de Berlín. Para ello afirma que los expertos desaconsejan cualquier cambio de ubicación hasta para ser cedido, lo que vuelve a poner de relieve el ‘no’ alemán bajo cualquier concepto.
De un tiempo a esta parte, Egipto está inmerso en una ambiciosa campaña con el objetivo de recuperar todo su patrimonio, expoliado durante las diferentes etapas coloniales. Una tarea difícil ya que no son pocos los escenarios en todo el mundo donde son protagonistas los tesoros egipcios, cautivando con su belleza y misterios a la sociedad mundial.