La nueva cara de las matrioshkas
Las matrioshkas, las tradicionales muñecas rusas con multiples figuras en su interior, adquieren en la actualidad nueva apariencia.
Las entrañables "matrioshkas", que hace 100 años ganaron en la feria internacional de París su primera medalla de oro por su originalidad, ahora se modernizan.
En el museo ruso de la matrioshka están presentes en todos los tamaños, formas y colores. Este museo conserva la primera matrioshka rusa fabricada en este mismo edificio hace más de un siglo.
“Las matrioshkas posiblemente fueron inspiradas por la muñecas japonesas. O puede que se hayan originado en una tradición más antigua de elaboración de huevos de pascua. De todas maneras, estas muñecas reflejan la filosofía y la historia rusa, que venera la maternidad, la fertilidad y el infinito”, explica la guía turística Irina Chertovich.
El nombre Matriona (o Matrioshka) era uno de los más populares para las niñas rusas a finales del Siglo XIX. Juguete preferido en los tiempos de los zares, la muñeca rusa se convirtió en una celebridad internacional gracias a su debut en la Exposición Universal de París de 1900.
La técnica básica de elaboración de las matrioshkas sigue siendo la misma y requiere mucho tiempo y esfuerzo. Para pintarla a mano uno puede tardar de tres minutos a tres horas, o aun semanas o meses de trabajo.
Al artesano Serguéi Koblov todavía le da risa su foto de preescolar. En ella, él es el único que sostiene una matrioshka en sus manos.
“Todos los demás tenían osos, conejitos o carros! Entonces era evidente que la matrioshka se iba a quedar conmigo por un largo tiempo! ¿Saben? Cada artista aporta algo de su propio mundo a la muñeca que está haciendo. Esto no se trata sólo de cuentos o tradiciones, esto llega a ser algo personal”, dice.
No asombra que las matrioshkas rusas estén por todas partes. Los precios varían de unos moderados cinco dólares a tremendos 2.500. Entre los souvenires rusos, las matrioshkas son obligadas. Los turistas las compran para llevar a sus casas un pedacito de la verdadera Rusia.
Los visitantes VIP tampoco pueden resistir su encanto.
A Michelle Obama le regalaron una, mientras que su esposo sirvió de inspiración para otra. Estas muñecas populares han incursionado también en la política.
Los políticos soviéticos, extranjeros y las figuras contemporáneas quedaron inmortalizados en madera. Así los rusos promueven y renuevan la tradición de las matrioshkas.
La matrioshkas han ganado fama también en la industria musical. Actualmente las entregan como premio y diseñadores famosos han estilizado su imagen.