Los propietarios tan solo deseaban disfrutar de su nuevo espacio, pero en vez de eso, se encontraron con un impedimento inesperado.
Los obreros que estaban preparando la tierra para la extensión del jardín descubrieron que la propiedad tiene un horroroso pasado histórico: los esqueletos de como mínimo dos prisioneros franceses capturados durante la guerra contra Napoleón. En aquel periodo, desde 1803 hasta 1815, miles de los prisioneros fueron capturados y llevados a Gran Bretaña, donde fueron encarcelados.
Los restos, que incluyen un fragmento de mandíbula con tres dientes, fueron enterrados detrás de la casa, que está cerca del castillo de Portchester, donde llegó a haber al menos 7.000 prisioneros franceses durante la guerra. Los expertos detectaron que los huesos de estas dos o tres personas tienen más de 200 años, informa el periódico inglés 'Mail Online'.