La "Venecia rusa", sede del Festival de jardines franceses
Por tercera vez consecutiva, uno de los museos más famosos de San Petersburgo, el Museo Ruso, da a sus visitantes la oportunidad única de disfrutar una exposición ´viva´ al aire libre en plena temporada de famosas noches blancas.
Se trata de la exposición en el parque Mijáilovski Sad, que representa las tradiciones del paisajismo francés de los siglos XVIII y XIX, con sus elementos típicos: andadores, huertas, corrales de aves, fuentes e invernaderos. La exhibición se inauguró dentro del Tercer Festival Internacional “Los Jardines Imperiales de Rusia” y forma parte de las actividades del Año de Francia en Rusia, por lo que su concurso principal se llama "El Jardín Francés en las Orillas de Nevá", en honor al río que es la principal arteria acuática deSan Petersburgo, ciudad que es también llamada la "Venecia rusa".
Los concursantes presentan en sus obras toda la diversidad de técnicas modernas que se aplican en la jardinería francesa. Cada participante tiene a su disposición uno de los 23 terrenos asignados por el museo para que puedan experimentar y plasmar allí sus proyectos, aceptados previamente para el concurso por un jurado.
En total, 18 equipos de Rusia, Francia y Alemania compiten en dos categorías: "Jardines Reales" y "Jardines de la República".
Los participantes de la primera tuvieron que usar en sus composiciones elementos característicos de un jardín francés formal clásico, usando materiales históricos.
El modelo del jardín formal está basado en la simetría y el principio de orden sobre la naturaleza, tendencia que llegó a su máximo esplendor en el siglo XVII, cuando fueron creados los Jardines de Versalles.
Los concursantes de la segunda categoría representan tradiciones de finales del siglo XVIII y principios del XIX, época de la Ilustración y el Romantismo que se caracterizaban por el estilo inglés en el paisajismo, la naturalidad en la forma y la inclusión de estatuas y estanques de agua.
Los ceradores tuvieron que mostrar toda la riqueza de la naturaleza gala y la influencia del impresionismo y de la pintura artística en general en la jardinería. Una de las composiciones más originales en esta nominación incluye una guillotina, lo que encantó al público.
Hay cinco proyectos presentados fuera del concurso. Entre ellos hay composiciones elaboradas por el Consulado del Reino Unido en San Petersburgo y la Escuela Internacional de Diseño. Participó también la princesa de Kent. Otra de estas obras reproduce un fragmento de la huerta real de la época renacentista en el Château de Villandry, uno de los castillos más destacados del Loira. También hay otro que representa un fragmento de la rotonda de Château de Chatonnière, adornada con rosas. También se abrió espacio para el ganador del Festival Internacional de Paisajismo de Château Chaumont-sur-Loire.
El festival Jardín Francés en las Orillas de Nevá es tradicionalmente patrocinado por las autoridades de San Petersburgo, el Fondo Benéfico del príncipe Miguel de Kent y la Unión de los Jardineros de Rusia.
El programa de festival incluye también clases maestras de floristas, jardineros y arquitectos paisajistas de todo el mundo, mismas que están abiertas tanto para profesionales, como para aficionados.
Para divertir más a los participantes y a los visitantes la exposición está acompañada de eventos musicales y de danza.
Además, en un pabellón especial se muestran las obras maestras del cine francés de todas las épocas y vídeos de los conciertos de los músicos galos más destacados de la actualidad.
El Museo Ruso optó por no limitarse con el Mijáilovski Sad y programó la exposición temática, “Los Ensueños de Versalles de Alexandre Benois” en el Palacio Mijáilovski.
Además la exposición “Flores en Pinturas” se presenta en el Palacio de Mármol, con bodegones de pintores rusos de los siglos XIX y XX. El jardín del palacio también se abrió al público para disfrutar de sus vitrales, herbario y las composiciones florísticas expuestas. Sin embargo, la atracción principal es la serie "Grot", que incluye flores pequeñas fabricadas con diamantes y piedras preciosas.
Las ediciones anteriores atrajeron más de 120.000 visitantes y los organizadores esperan que a la actual acudan mucho más.