La odisea de unos marineros ex soviéticos en España

En el 32 Festival Internacional de Cine en Moscú se mostraron un documental de cinco historias de marineros abandonados junto a su barco lejos de su patria, que desapareció de los mapas.

En el 32 Festival Internacional de Cine en Moscú se mostraron un documental de cinco historias de marineros abandonados junto a su barco lejos de su patria, que desapareció de los mapas. En general, la disolución de la URSS pilló a centenares de naves pesqueras en diferentes países, por ejemplo a Shkval y Zaidan, que estaban en un muelle de Las Palmas, en España. Los capitanes de las naves se marcharon y éstas se quedaron en manos de los mismos marineros abandonados a su suerte allí donde se encontrasen. Unos volvieron a las repúblicas que se independizaron de la URSS, otros no pudieron volver y se quedaron sin familia, dinero, papeles y conocimiento de la lengua… Son las tripulaciones ninguneadas, que no cobraron lo que tenían pendiente y a quienes trataron como si fueran desechos. Lo único que les quedó fue la dignidad y los valores: el sacrificio, el trabajo y la familia. Y dignidad para afrontar las duras condiciones.

Carlota Nelson, autora del documental que muestra estas historias, pone en el epílogo una frase de Aldous Huxley como el quid de su obra: "La experiencia no es lo que te sucede, sino lo que haces con lo que te sucede". La cinta documental 'Anclados' trata sobre cinco modos y actitudes y deja al margen a los marineros que se emborrachan, roban (todo lo que acompaña un submundo), etc., no sólo porque esto contradice al estilo poético de la obra, sino porque cree que hay que dar a conocer otra realidad más fructífera.

"Con esta crisis global económica que estamos teniendo en todo el mundo creo que es necesario volver a pensar en lo que de verdad es importante. Y de esto hablan los protagonistas", destaca la cineasta en la entrevista para la página web de RT en español.

¿Y cómo pudo suceder que un barco se quedara abandonado en el puerto de Europa y con toda una tripulación olvidada? La naturaleza reportera de Carlota Nelson no le permitió dejar esta pregunta sin respuesta y así se fue a conocer a esta gente para hacer una denuncia social sobre la tragedia. Pero con el tiempo quedó claro que el hecho "fue algo mucho más interesante y entonces pasó de una denuncia social a un homenaje documental a estos cinco marineros".

Carlota destaca que Gran Canaria fue la base principal en el Atlántico para la URSS, así que allí se concentraban la mayoría de los cientos de barcos abandonados. Los marineros se quedaron en la barca para esperar a percibir lo que les debían. "Paralelamente la autoridad portuaria española tiene que hacerse cargo de todos los costes. Todos los días que están atracados en un muelle, resulta un mantenimiento muy costoso. Por lo que se hicieron ventas a terceros. Aunque también entendían que la tripulación realmente era una víctima, así que las autoridades hicieron la vista gorda. Trataron de subastar las naves, pero por los viajes y la falta de dinero para repararlos no hubo mucha suerte… Hay más factores que no se conocen muy bien".

Ahora quedan pocos de estos barcos, pero sí que siguen existiendo por todo el mundo. En las naves protagonistas de la película de Carlota viven los ucranianos Máximo, Volodia, Jana, Valieri y el georgiano David. "Volodia se enfrenta a la vida cantando y cocinando. Jana, la mujer, le planta cara al día a día trabajando sin parar. Máximo hace frente con mucha ambición. Creo que cada espectador puede verse reflejado en alguno de ellos".

Carlota y su equipo no vivieron con ellos, pero pasaron juntos cada día. "Nunca pusieron ninguna condición, no había ningún intercambio económico. Al principio eran muy reticentes. No entendían bien el hecho del documental y sus razones. Y no querían hablar por miedo a que les sacaran del barco. Pero después esta reticencia se convirtió en otra cosa, sentían una necesitad imperiosa de contar". Al entender que se puede confiar en el equipo de Carlota, les ofrecieron la comida del cocinero Volodia, canciones rusas y… sueños. Compartiendo aquello a lo que habían sobrevivido, pasaron a soñar un posible futuro.

Para entrevistar a los marineros que hablaban ruso, Carlota tuvo que entrenarse para pronunciar fonéticamente de forma correcta las preguntas, traducidas por un traductor al ruso. Pero no siempre le entendían. "No tengo ni idea de lo que me estás preguntando, pero te voy a contar un sueño que tengo", dijo David a la cineasta y empezó a contar sobre "este sueño maravilloso que he incluido en la película. Entonces, hay cosas que no te esperas, que salen por puro milagro. Y son bellísimas porque así es la realidad".

A pesar de que en el muelle Reina Sofía unos barcos van envejeciendo anclados en el puerto y sus tripulaciones se buscan la vida, al menos tres de estas cinco personas ya han cumplido sus sueños tras la grabación de la película. A principios de 2006, Máximo quería ser millonario, comprar un barco y pescar. En tres años encontró una esposa, tuvo un hijo y empezó a soñar con comprar un velero pequeñito. Y lo compró y sigue viviendo en aquella región. David soñaba con ir a Georgia donde vivía su madre y recorrer Europa en coche, y esto también se ha convertido en una realidad. Jana ya está con sus hijas y nieta en Crimea.

"En el muelle estaba el barco Zaidan que los marineros trataban de reflotar. Sería la primera vez que uno de estos viejos barcos se arreglase y saliese al mar otra vez. Y ellos estaban con una gran ilusión trabajando y trabajando, y consiguieron que todo estuviera listo para el día siguiente pero…". Pero la noche antes el cocinero conoció a una mujer y se marchó con ella, y la nave, que no puede zarpar sin la tripulación al completo, se quedó en tierra. Carlota que entrevistaba en ese mismo tiempo a Jana y sabía que ella quería trabajar para conseguir dinero y papeles, se lo comentó. Así, Jana se hizo finalmente la cocinera del barco.

Pero no todo fue tan bueno. "De qué tienes más miedo, ¿de los piratas o de una posible quiebra?", preguntó Carlota al mecánico de Zaidan, la nave en la que aceptaron a Jana para trabajar. "¿De los piratas? Pero no tenemos nada y nadie va a pagar un rescate porque no somos necesarios para nadie…", contestó el mecánico que evidentemente temía más a la quiebra. Y sus recelos se cumplieron. La barca se quedó 4-6 meses en alta mar sin poder pescar. Zaidan fue comprado como inversión por Valíd Achi, un armador de Siria que pagó su reconstrucción. Pero, recuerda Carlota, el mecánico subrayó que la nave fue destinada al Mar de Bering y no de África, con características totalmente diferentes, así que la reparación no pudo completarse. Los marineros se arriesgaron y fracasaron. Zaidan volvió sin pescado al puerto y los marineros volvieron a luchar contra el tiempo y las condiciones por la reflotación de su barco para no volver a sus repúblicas de origen. Fue una verdadera 'quijotada' por su parte.

La película pasará por unos festivales más y en un mes lanzan a la venta en España los DVD de la cinta. Además se espera que los productores de la obra lo vendan a la televisión y al cine. 'Anclados' se estrenó en 4 ciudades de España y tuvo éxito, así que los productores esperan vender la obra a la televisión y el cine de otros países, incluido Rusia.

"Creo que es muy importante mostrar la película en Rusia y Ucrania porque toca muchos temas sensibles sobre inmigración, valores…", destaca Carlota Nelson.

En el documental no se ven ni vivencias, ni sentimientos. La añoranza, las experiencias en España, los recuerdos y los planes de volver a sus casas se escuchan detrás de la imagen.