En el año 2000 se encontró en el centro de la polémica cuando el entonces Primer Ministro de Islandia, Davíð Oddsson, intentó regalársela a la cantante Björk. "La cantante Björk ha hecho más para hacer popular a Islandia que la mayoría de los islandeses", dijo. En realidad, Björk posee una casa en otra isla que tiene el mismo nombre.
Ahora la casa sirve como refugio de una asociación local que se dedica a la caza de frailecillos atlánticos en la isla. Solo los miembros de esta organización tienen derecho a usar esta casa, así que para los demás solo queda admirarla desde fuera.