El Museo Ruso pretende figurar en todos los mapas
El consejo consultivo internacional del Museo Ruso en San Petersburgo planea duplicar los ingresos de este centro de conservación y exposición del arte nacional en los próximos 5 años. Sus miembros esperan que tal efecto se produzca a cuenta de la promoción de su propia marca, y la creciente popularidad del arte ruso en el mundo.
La tarea que plantearon ante la administración del organismo comprende, en particular, que los ingresos alcancen los 60 millones de dólares anuales. El primer paso hacia la futura abundancia fue emprendido el mismo día en el que se reunía el consejo: con el apoyo de la casa de subastas Christie's, el museo vendió varios lienzos de los artistas rusos contemporáneos que todavía no han logrado una fama mundial, aunque organizaron exhibiciones personales dentro y fuera del país.
La subasta ha sido el primer evento destinado al incremento de volúmenes de la financiación privada del desarrollo de la colección del museo. Además, el plan quinquenal prevé medidas para asegurar el crecimiento de la popularidad de este cento de bellas artes.
Se planea hacer el Museo Ruso aún más cómodo y accesible para los visitantes extranjeros. Con este fin la administración ampliará las capacidades funcionales de las salas, publicará anuncios publicitarios en las guías turísticas editadas en el exterior, así como en los medios de comunicación internacionales, en folletos de agencias de turismo y en sitios web turísticos.
“Debemos saber cómo nos acogen en el mundo y mejorar la marca del Museo Ruso”, sintetizó el director del Museo Vladímir Gusev. “Pretendemos que el Museo Ruso integre el grupo de los más visitados museos del mundo y figure en todos los mapas (de San Petersburgo)”.
La dirección se encargará de la búsqueda de nuevas formas de mercadotecnia y establecerá relaciones más intensas con los socios y con otros museos del mundo, a fin de organizar exposiciones conjuntas e intercambiar de colecciones. La concurrencia, antes indirecta, con el otro gran centro de la vida cultural de ‘la capital septentrional de Rusia’, el Hermitage que esta situado en el antiguo palacio imperial y contiene la colección única de artefactos y obra artística de los pueblos del mundo, ahora está declarada en voz alta.
A este atrevido reto lo favoreció, probablemente, el compuesto prestigioso del consejo que integran conocidos políticos, intelectuales y hombres de negocios de distintos países. Incluye al director de honor del Museo de Louvre, Pierre Rosenberg, la primera dama de Islandia, Dorrit Moussaieff, y el presidente del Consejo de directores de Morgan Stanley para Rusia y la CEI, Grair Simonyan.