La felicidad no llega por casualidad
¿Qué significa ser feliz? ¿De qué depende? El director del cine Roko Belic, cuyo documental Genghis Blues fue nominado en 1999 a los Óscar, pasó cuatro años grabando la película Happy que explora cómo se puede medir la felicidad.
La idea de crear esta película pertenece a su amigo, el famoso director de Hollywood Tom Shadyac. El autor de Ace Ventura, que ya hace unos años lleva una vida de lujo en Hollywood, confesó a su amigo que todavía no es feliz.
Inspirados por el artículo en The New York Times sobre los países más felices del mundo, Belic decidió investigar el por qué Estados Unidos, el país con el nivel más alto de calidad de vida, no entra en la cima del listado mundial de la felicidad. En su propia investigación busca a gente feliz de toda la escala socioeconómica y ya ha recorrido 14 países, descubriendo que la gente feliz comparte las mismas valores y que la felicidad no depende del estado de salud, su trabajo o salud mental.
“Desde hace miles de años filósofos, líderes espirituales y hasta los cómicos nos hablan de las cosas que nos hacen felices. Quiero saber que está detrás de esta frase”, dijo Belic.
El trabajo científico, realizado por Ed Diener, el profesor de psicología de la Universidad de Illinois, y su colega Richard J. Davidson, muestra que un área específica del cerebro se aumenta cuando uno se hace feliz. Pero las circunstancias que llevaron a ese estado feliz fueron aún más sorprendentes.
“Una de nuestras premisas fundamentales me impactó”, dijo Belic. “Pensaba que si te gusta tu trabajo y lo disfrutas, ya puedes ser feliz. No obstante, son los valores los indicadores más importantes de nuestra felicidad”.
Descubrió que los objetivos intrínsecos que habitualmente están relacionados con la felicidad —la compasión, amistad y la sensación de pertenecer su propia comunidad de gente— contrastan con las metas extrínsecas que, como opina mucha gente, tienen que conducir a la felicidad: dinero, poder, gloria y condición social.
“Lo que hace a uno sentirse más feliz al mismo tiempo convierte el mundo en el lugar mejor y más sano”, dice el director. “Esto contradice a los principios en los cuales está basada nuestra sociedad, competir y ganar dinero”.