Durante una investigación arqueológica en la ciudad de Beit Shemesh, al oeste de Jerusalén, científicos israelíes encontraron los restos de una antigua muralla y de unas cisternas. Las excavaciones subsecuentes del sitio desenterraron una prensa de aceite y otra de vino y varios mosaicos, informa el diario 'The Times of Israel'
Según el diario, el tamaño de las instalaciones indica que la producción era a escala industrial y que los residentes vivían de la comercialización de vino y aceite de oliva. Uno de los mosaicos encontrados en el sitio muestra diseños geométricos de colores, un racimo de uvas y flores.
"Ya conocemos, de monasterios de la misma época, la impresionante construcción de la época bizantina, los magníficos suelos, las ventanas, las azoteas de azulejos y otros artefactos, así como las instalaciones agrícolas industriales dentro del complejo de viviendas", declararon en un comunicado las directoras del estudio, Irene Zilberbod y Tehila Libman.
Aunque no se ha encontrado ninguna iglesia en el complejo, los arqueólogos suponen, por el estilo del edificio, que el hallazgo corresponde a un monasterio bizantino de hace unos 1.500 años.
"Es posible reconstruir un escenario en el que los monjes residían en el monasterio que fundaron, cómo construyeron las instalaciones agrícolas y llevaban a cabo sus actividades religiosas", explicaron.