El Kremlin, símbolo de Rusia, ensanchará sus zonas turísticas
El Kremlin de Moscú ensanchará sus zonas turísticas para hacerse más cómodo para los visitantes. Lo declaró el administador general del Kremlin, Serguéi Khlébnikov.
Por ello, para el año 2012 está previsto trasladar los cañones del ejército de Napoleón desde el Arsenal a otro lugar más cómodo. El sitio debe ser elegido teniendo en cuenta dónde se verán mejor los cañones.
Además, el gerente señaló que hace falta reglamentarlo todo: el derecho de sacar fotos, las zonas turísticas, lugares para comer.
Al mismo tiempo en el territorio del monumento van a seguir las investigaciones históricas. En el recinto del Kremlin de Moscú todavía se pueden encontrar muchos testimonios históricos. Lo prueba el reciente hallazgo en las torres de San Salvador y San Nicolás en el que los historiadores descubrieron dos antiguos iconos emparedados que durante años se habían considerado perdidos.
El Kremlin es el símbolo del Estado ruso, uno de los conjuntos arquitectónicos más grandes del mundo, un tesoro de reliquias históricas, monumentos artísticos y culturales. Está situado en una colina que se alza sobre el río Moscova. El Kremlin, que significa 'ciudad amurallada', tiene dos entradas: la Puerta de la Santísima Trinidad, que es para la gente en general; y la Entrada del Divino Redentor, que es por donde entran los gobernantes.
El Conjunto del Kremlin de Moscú se formó durante muchos siglos. Moscú creció y se desarrolló en torno a este monumento. Actualmente en el recinto se encuentran monumentos de los siglos XIV-XX. Ante todo es la misma fortaleza, los muros y torres que definen el panorama de la parte antigua de Moscú.
En el recinto del Kremlin abundan los templos ortodoxos de cúpulas doradas, las casas antiguas, los palacios majestuosos y los edificios administrativos solemnes. Todos forman parte de las plazas de Catedrales (Sobornaya),Ivánovskaya, de Senado (Senatskaya), de Palacios (Dvortsóvaya) y Troitskaya, y de las calles Spasskaya, Borovítskaya y Dvortsóvaya.
En 1990 el conjunto arquitectónico del Kremlin de Moscú y sus tesoros, la Plaza Roja y el Jardín de Alexander (Alexandrovski Sad), fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.