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Nacho Duato clausura el Festival Chéjov

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El conjunto del destacado coreógrafo Nacho Duato llenará durante cinco noches el Teatro Bolshoi con ‘Multiplicidad. Formas de Silencio y Vacío’. Llegar a actuar en el escenario de este "Vaticano de la danza", según lo considera él, es un verdadero éxito, y a su vez para Moscú es un honor invitarl
Nacho Duato clausura el Festival Chéjov

El conjunto del destacado coreógrafo Nacho Duato llenará durante cinco noches el Teatro Bolshoi con ‘Multiplicidad. Formas de Silencio y Vacío’. Llegar a actuar en el escenario de este "Vaticano de la danza", según lo considera él, es un verdadero éxito, y a su vez para Moscú es un honor invitarle a clausurar el conmemorativo Festival Teatral Chéjov con una obra basada en la música de Jóhann Bach. Y lo más curioso es que Moscú se convierte así en la ciudad de la primera y de la última gira del artista como responsable artístico de la Compañía Nacional de Danza. Hace 20 años, en Moscú se celebró la primera gira de Duato en calidad de jefe del conjunto y el 30 de julio, junto con el último espectáculo de la gira, concluye el periodo de trabajo del coreógrafo con la Compañía y se abren así nuevos horizontes creativos para él.

El certamen de unos dos meses dedicado al 150 aniversario del nacimiento del gran escritor y dramaturgo ruso Antón Chéjov concluirá también con un verdadero éxito de Duato. Según la prensa mundial, el espectáculo que han podido disfrutar ya en otros muchos países, es una obra “de impresionante fuerza y originalidad, donde la improvisación teatral de la música de Bach es virtuosa”. Ya hace 10 años Nacho Duato obtuvo en Moscú el premio internacional ‘Benois de la danse’ y ahora los moscovitas podrán volver a emocionarse con su creación.

La aportación de Duato al programa del festival es doble porque su ballet ‘El Jardín Infinito’ acaba también de actuar con éxito en Moscú. El ballet no está basado en niguna obra concreta del escritor, sino que las obras del autor son sólo un pretexto para Duato para conocer a la propia persona que se esconde tras el artista. Su ballet es su propio punto de vista nacido a través de la inspiración por el mundo artístico de Chéjov.

“Me gusta ver el trabajo y a través de este trabajo conocer el alma de la persona. Si no, no me interesa. Me gusta leer un libro y conocer al escritor mejor después de ese libro. Yo siempre digo: 'voy a ver a mi amigo al Prado'. Vivo cerca del museo del Prado y lo digo así porque no voy a ver 'Las Meninas', voy a ver a mi amigo Velazquez”, destacó Duato en una entrevista concedida a RT.

“Es mi homenaje a Chéjov, la gran persona y el gran artista, así quería darle las gracias por todo lo que hizo. Visité la casa en Mélijovo donde vivía y trabajaba Chéjov para saber más sobre él, sentir su alma. Claro, no podré entenderlo como le entienden los rusos, pero traté de penetrar en su mundo. Creo que Chéjov amaba al ser humano muy intensamente, pero muy calmada y delicadamente”, afirmaba Duato en la conferencia de prensa en la que presentó su coreografía.

Su espectáculo es una obra abstracta basada en la música de Alfred Schnittke, Piotr Chaikovski, al que también amaba Chéjov, y en la "musicalidad" de la lengua rusa. Duato usa la voz que pronuncia palabras rusas, como si esto fuera un instrumento. Suenan frases sueltas de ‘Cuaderno de Notas’ del escritor.

“Primero quise darle el título de ‘El Jardín de las Palabras’, pero me pareció más justo ‘El Jardín Infinito’ porque creo que cualquier obra de algún gran creador es infinita y no está sometida a la muerte”.

En contraposición, la danza es “el más efímero de todos los tipos de arte, la danza va muriendo a la vez que se va haciendo. Un cuadro está allí, lo puedes restaurar, un libro, una partitura, una película, una estatua. Pero el arte del bailarín muere al final de la función. Y no se vuelve a repetir. Y es la sensación de irrepetible lo que hace de la danza algo tan especial”, destacó Duato.

La mayor parte del trabajo sobre un espectáculo es la elaboración de una idea. 'Jardín Infinito' supuso dos años de preparación y de mucho miedo. "Tu vida es un poco como ir a ciegas con un palo buscando un camino. Bueno, casi siempre la gente es muy generosa y te va ayudando y tu sigues adelante pero es un poco angustioso".

“Yo nunca pienso en el público cuando hago un ballet, pero soy consciente de que hay gente que va a venir a ver qué hago y, aparte, si lo hago es porque hay gente que lo va a ver. Si tú escribes, sabes que te van a leer, quieres que te lean y además quieres que te comprendan. A mí me gusta cuando a la gente le gusta lo que yo hago. Y si no les gusta me siento mal, les he hecho perder el tiempo sobre todo".

"Pero, claro, realmente lo primero es mi honestidad como artista. Tengo que hacer lo que tengo que hacer independientemente de que al público le vaya a gustar o no lo vaya a entender. Este ballet, por ejemplo, ‘Jardín Infinito’, no es un ballet complaciente, no es un ballet que entretiene. Es un ballet muy duro, sobre todo el público tiene que estar allí, pensar, es una música muy difícil, y yo he sido consciente de que lo estaba haciendo. Lo podía haber hecho un poco más suave, haber puesto música un poquito más 'para el oído', para la gente que no entiende tanto la música contemporánea, más agradable. Pero no quería hacer eso. Sobre todo a estas alturas de mi vida, con la madurez que tengo, tengo que hacer lo que yo creo que debo hacer”, afirmó Nacho Duato a RT.

Sobre otros temas, como en qué se parecen los rusos y los españoles, qué coincidencias imprevistas o “trampas del destino” tuvo que afrontar Nacho Duato durante su vida, en qué se enriquece un ballet cuando está compuesto por bailarines de muchas nacionalidades y qué problemas pueden derivar de la llegada de un talentoso coreógrafo a una compañía de danza, puede descubrirse más en la sección 'Entrevista'  del sitio web de RT.

El éxito le pide a Duato más y el coreógrafo nunca se entrega al éxito por completo. Lo que le queda es la satisfacción por “haber hecho algo honesto”, destaca Duato. A finales de esta semana, abandonará la Compañía Nacional de Danza para emprender nuevos caminos. El sueño principal del maestro es seguir haciendo espectáculos de los que la gente salga cambiada, transformada, producir ballets con calidad, enseñando a los bailarines. Entre sus planes ya están ballets en el Teatro Bolshoi y el Teatro Musical Stanislavsky and Nemirovich-Danchenko. Afirma que ya tiene el año planeado con proyectos confirmados pero todavía busca una gran propuesta en la que encuentre una casa, un conjunto de bailarines y un público al que comunicar.

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