Esculturas de látex: el Amoroplano, el Icecreamizer y el LoveMeBlaster

Una escultura de látex relleno de aire se convertirá en el símbolo de una escuela de negocios rusa, gracias a su capacidad de reflejar lo actual e innovador de la realidad. Así destacaron los organizadores de la exposición de obras de la artista Sasha Frolova en esta escuela, ‘Skólkovo’.

Allí se pretende formar a los dirigentes de la nueva generación, innovadores en las áreas de liderazgo y comunicación. Su símbolo estará representado por una 'máquina' del tipo 'psionics' ('unión de 'psi' -mente- y 'electronics' -máquinas-), que puede multiplicar varias veces las capacidades intelectuales de una persona. Su nombre es ‘Magnetrón’ y fue creado por Frolova.

Esta prueba artística, que intenta ver detrás del horizonte de la evolución humana, está hecha de anillos de diferentes colores entrelazados entre sí. Los colores simbolizan los cuatro programas educativos y los seis países en los que se basa la escuela.

“‘Magnetrón’ simboliza la intersección de diferentes culturas, el enfoque innovador de la escuela hacia la educación. En general, es una máquina que permite esforzar las capacidades de una persona. Creando tales esculturas, reconsidero los estereotipos de la cultura masiva. Y, claro, es pop art”, destacó la artista.

Todas las obras de la escultora están reunidas bajo la concepción de un mecanismo que utiliza las fuerzas paranormales del intelecto y la psiquis del ser humano. Todas las esculturas rellenas de aire están hechas de látex, con una tecnología especial. Según Frolova, el látex “posee una alta calidad en la estética visual y tiene un correlato sociocultural”.

‘Liuboliót’ ('Lovecraft' o 'Amoroplano') es un experimento visual que aborda el tema de cómo se puede usar la energía del amor. La escultura se manifiesta como un mecanismo para los viajes entre galaxias y espacios. Esta nave sube en el aire y se mueve en el espacio gracias a la simetría del sentimiento de amor de los astronautas.

‘Icecreamizer’. El helado se considera una ingenua y total golosina de niños. Para la artista, es un símbolo del placer. A través de su escultura, Frolova examina la filosofía del hedonismo moderno (la doctrina filosófia de la búsqueda del placer y la supresión del dolor). La escultura se manifiesta como un mecanismo que permite equilibrar (corregir) el impulso sensual de la energía humana: es un ecualizador del placer. El principio visual de la obra es heredado de la arquitectura antigua. La forma de escultura se parece a dos columnas alteradas, de colores blanco y negro. Marcando así la unidad y la lucha de los contrarios, lo masculino y lo femenino, la escultura simboliza el tiempo y el espacio, la fuerza espiritual y terrena, el poder y la libertad, etc.

‘LoveMeBlaster’. La escultura-mecanismo acumula los impulsos positivos de la persona, y convierte al amor en fuente principal de la energía con que se puede elaborar la luz: la fuerza electromagnética y la de gravitación. El principio de funcionamiento del LoveMeBlaster es el siguiente: Frolova parte del hecho de que la energía no tiene ni fin, ni inicio, es infinita. Sólo se cambia de una forma de energía a otra. Si una persona lleva amor en su corazón, entonces carga las moléculas que le rodean con partículas de amor. La misma presencia de tal persona transforma todo lo que le rodea, porque en cierto sentido esta persona es una criatura química, electromagnética, cuyo ‘campo electromagnético amoroso’ transforma su futuro antes del momento en que él ingresa. LoveMeBlaster amplifica y intensifica los cambios en el futuro y permite controlarlo.

El nombre de Alexandra (en el mundo artístico, Sasha) Frolova es conocido en la esfera del arte moderno ruso. Ella es la estudiante y seguidora de Andrei Bartiénev, el famoso artista ruso que tanto provoca al público. El éxito le llegó a los 19 años, durante un concurso en Londres donde se reunieron performancistas de todo el mundo. El año pasado Sasha era una de las finalistas del premio nacional ‘Kandinski’ en la esfera del arte moderno.