En París y Rusia se planea relanzar digitalmente las salas de cine arte
Películas de autor y dibujos animados cortos se ven en Rusia principalmente en los festivales y casi nunca llegan a las redes de cine porque su distribución no es beneficiosa. En París este problema lo empezaron a resolver desde la capital. Las salas de cine arte durante cinco años serán reconvertidas en cines digitales y parte de la financiación de este proyecto se otorgará del presupuesto de la ciudad, destaca la revista Variety.
“Queremos dar la posibilidad a los cines pequeños de sobrevivir ante la competencia con los grandes y también tener el acceso a todas películas que se producen. Además, el equipamiento digital permitirá crear los programas con más agilidad y mostrar el cine alternativo”, cita Variety a Christophe Girard, encargado de los asuntos culturales en el ayuntamiento de París.
En general, en la capital francesa hay 89 salas de cine arte (en comparación, en Moscú solo hay tres). Se considera que la renovación de su equipamiento costará unos 6 millones de euros, de los que más de dos serán asignados por los poderes de la ciudad; el resto lo tendrán que cubrir los dueños de los cines.
El plan de ayuda a las salas de cine alternativo en París es parte de un programa de tres años del Centro Nacional de Cine (CNC) con un presupuesto de 120 millones de euros, destinado al abastecimiento del equipamiento digital de unos 1.500 cines pequeños por todo el país.
En general, en Europa la organización Europe Cinemas apoya al cine, pagando un bono a aquellos que dedican 50% de su repertorio al cine europeo y utilizan 50% de sus muestras para éste.
En Rusia también planean instalar cines digitales en las ciudades pequeñas, parcialmente sobre la base de los recursos del presupuesto estatal. El director ruso Fiódor Bondarchuk junto a sus socios lanza el proyecto "Kino City" que supone la creación de centros de ocio cultural con salas digitales en más de 200 ciudades. Se espera que los primeros 50 de estos ya muestren sus primeras películas en 2011.
Sin embargo, esto no es suficiente. La falta de pantallas se considera uno de los problemas clave de la industria cinematográfica rusa. Según el análisis de la compañía Nevafilm Reserach, el 1 de julio de 2010 en Rusia había 829 cines con un total de 2.246 salas.
Las películas de cine arte son obras experimentales, una búsqueda de nuevas formas de expresión, por esto el beneficio comercial no es su objetivo principal. Debido a esto, la cantidad y calidad de tales películas no depende de la cantidad de cines. El cine de autor, exótico, de cultura ajena, cine de las minorías sexuales y radical, es producido por todo el mundo. Una Meca singular para tal tipo de cine cultural o provocativo es Los Ángeles, Nueva York y París, esta última por ser sede de la Confederación Internacional de Cines de Cine Arte, CICAE, y por ser cuna de directores destacados en esta esfera. Ahora Londres y Madrid disputan el derecho por el título de la ciudad más productiva en cine arte gracias al movimiento de directores jóvenes que hay en ellas.
Por ahora, la primera decena de las mejores películas de autor de los últimos diez años (1999–2009) es encabezada por directores de Asia según 60 expertos y organizadores del Festival Internacional de Cine en Toronto. Apichatpong Weerasethakul, de Tailandia, con su Síndromes y un siglo (Sang sattawat) está en el primer puesto y le sigue otro director independiente del Este, Jia Zhang-ke con sus dos obras Plataforma (Zhantai) y Naturaleza Muerta (Sanxia Haoren).
Paris destaca en el cuarto puesto con la obra Buen trabajo (Beau travail) dirigida por Claire Denis. Rusia está en el lugar once con la obra de Alexander Sokúrov La Arca Rusa.