Las poderosas mujeres chamanes del Bajo Mundo son muy lujuriosas y sueñan con casarse con los héroes del Mundo Medio, destaca la épica heroica del antiguo pueblo ruso 'yakuti'. Hoy celebran el Día Nacional del Olonjo, la lírica de los yakutos, que guarda las creencias antiguas de este pueblo que vive en el territorio de las nieves perpetuas, en el Oriente Lejano de Rusia.
El 25 de noviembre de 2005 la UNESCO nombró la épica Olonjo como una obra maestra del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Justo después, los poderes yakutias fundaron el día conmemorativo de los versos que recuerdan los tiempos de los héroes ‘bogatirs’ de origen divino y encarnan la filosofía vivificante y creativa de la región.
Los yakutos, el pequeño pueblo ruso de solo unas 450.000 personas, tratan de guardar su milenaria e innumerable herencia. La investigación científica profunda de los versos de unas entre 10 y 15.000 frases poéticas en medio, se apoya con los conciertos de los narradores modernos y las lecciones en los colegios.
Para escuchar una sola leyenda del Olonjo pasan varios días. La misma interpretación es una mezcla de habla y canto, donde los personajes se cantan y el texto de los acontecimientos se narra sin acompañamiento instrumental.
Siendo transmitido oralmente, el Olonjo, junto con otros géneros del folklore yakuto sustituyen a la literatura, la historia y la crónica familiar. Los sujetos guardan los motivos mitológicos y se enfocan en las hazañas de los bogatirs, que encabezaban las tribus durante la 'Época de las batallas'. Éstas se desencadenan en el espacio de tres mundos, el Mundo Alto con sus dioses; el Medio, con los seres humanos y espíritus; y el Bajo, con sus monstruos (que frecuentemente eran en realidad solo las tribus enemigas) y dioses malos.
Los primeros se muestran como héroes en un caballo, muy fuertes y muy bellos, pues los yakutos creen que la espiritualidad fuerte se refleja en la cara y el cuerpo de una persona. Mientras, a los bogatirs del Mundo Bajo se los describe como monstruos con un pie y una mano, unos cíclopes que poseen todos los vicios, como la crueldad, la suciedad, la grosería y la lujuria. La lascivia también es uno de los rasgos principales de las mujeres chamanes y ésta es su parte débil. Porque los bogatirs y los chamanes de los dos mundos a veces concluían en un convenio y guardaban la vida el uno al otro, con la condición de que el vencido no volvería a su tierra.
También existían convenios de matrimonio entre ellos. Las chamanes del Mundo Bajo soñaban con casarse con los bogatirs del Bundo Medio y podían hasta traicionar a su hermano bogatir del Mundo Bajo, el enemigo principal del héroe. Claro que las mujeres chamanes cumplían su parte del convenio, pero el héroe, no.
Una leyenda del Olonjo: Toyón Niurgún Biegié. Es la historia de un bogatir, Niurgún, sin origen divino, que vive en la tierra (el Mundo Medio) con sus padres, su hermana y hermano. La bella hermana es una 'manzana de la discordia'. Un bogatir del Mundo Bajo viene a pedir la mano de la hermana de Niurgún y éste le rechaza y empieza una batalla que se termina en la muerte de Niurgún. Su esclavo se venga del enemigo y lleva el cuerpo de Niurgún al árbol donde vive el más respetado espíritu femenino de la Tierra para que le devuelva la vida y le revele su futuro.
Durante mucho tiempo el bogatir del Mundo Medio defiende a su pueblo y sus intereses de las fuerzas oscuras. Su madre le enseña dónde está un caballo especial, que se considera el primer amigo de los bogatirs. Le da la leche de su pecho y una comida mágica.
Niurgún una vez se encuentra con el bogatir del Mundo Bajo que vino a recoger su hermana. Tras las palabras ofensivas de un saludo, empiezan a luchar. Y como el bogatir del mundo Bajo ve que el del Mundo Medio es más fuerte, pide la ayuda de una chamán negra. Mientras la chamán sigue el combate, el bogatir del Mundo Bajo roba a la hermana. Para recuperar las fuerzas después de la batalla y luchar por la hermana y todo la tribu, el héroe se deja cuidar por ocho mujeres chamanes blancas de su Mundo Medio, que le entregan el conocimiento, las fuerzas y una espiritualidad singular.
Durante las siguientes luchas con los muchos enemigos, se revelan los rasgos polifacéticos de Niurgún. La descripción de las batallas y astucias del héroe dependen de la maestría del narrador. En el fin de su camino agotador, en el que le ayudan los espíritus de los objetos y lugares que Niurgún encuentra, libera del calabozo a su hermana, a unos bogatirs y a otra joven, su futura esposa. Les ofrece la comida amarilla divina y vuelve a su pueblo. Cualquier robo de una mujer en aquellos tiempos míticos se reflejaba en el Olonjo como un símbolo de todas ofensas, ultrajes y humillaciones. Así, la tribu le recibe a Niurgún como el defensor del pueblo, que llevó la felicidad y la alegría a su casa.