El festival de artesanía ‘El invierno ruso-2010’ se inaugura en la Plaza de Revolución en Moscú con el show de los herreros y canciones interpretadas por un coro de cosacos. La cuarta sesión anual del evento reúne tradicionalmente artesanías de diferentes rincones de Rusia, este año también representarán comestibles, como caviar, el pescado rojo y el té. Cada sábado se establecerá un nuevo récord, por ejemplo, presentarán un caramelo gigante de 100 kilos con la forma de un conejo.
Las pasadas ediciones permanecerán en la memoria de los moscovitas por los montículos de hielo, conciertos y bailes al aire libre, tiovivos, el show de hielo y también otros hitos, como la campana de hielo de dos metros, el rublo de hielo de 150 kilos y algunos otros.
Regalos típicos rusos
El mercado integrado por unos 80 puestos representa la industria artesanal, confiteros rusos y tiendas de juguetes de Navidad. El surtido en la venta es tradicional: decoraciones del ámbar de Kaliningrado, las típicas teteras grandes 'samovars' y pan de miel parecido al pan de jengibre 'priánics' de Tula, zapatillas tradicionales hechas de fieltro 'válenki', pañuelos y manoplas de Orenburgo, cerámica rusa, bordados y ropa con bordados de lino, manteles decorativos con encaje de Vólogda, obras grabadas de metal, utensilios de cocina y pinturas de madera y corteza de abedul de Karelia, platos decorativos. Las fotos ejemplares se puede ver aquí.
También entre los participantes inalienables de tales ferias se encuentran los regalos más tradicionales como, por ejemplo, porcelana ‘Gzhel’. Gzhel es un poblado ruso histórico famoso desde el siglo XIV por crear la vajilla y figuritas miniaturas de porcelana con la elegante pintura de blanco y azul.
Las bandejas de Zhóstovo llevan un adorno decorativo en óleo en el fondo negro. Las bateas de metal están lacadas y contienen imágenes vivas con motivos florales y frutales.
La pintura charolada en miniatura de Pálekh y Fedóskino. Tales lacas se consideran ejemplos únicos y símbolos de la cultura rusa. Los creadores guardan celosamente la técnica antigua de la conversión de cartón en piedra con finas capas de laca. Es una obra de arte que tiene una garantía por 100 años y se convierte a veces en una reliquia en la familia o en la 'perla' de colecciones privadas. Algunos ejemplos pueden verse en esta galería pinchando aquí.
La artesanía de 'Jojlomá', la pintura a mano de vajilla de madera, tiene más de 300 años. Para tener los colores demasiado vivos, color escarlata, las obras se barnizan dos veces y después se ponen al horno. La laca se torna amarillenta y las tazas pintadas empiezan a parecer a una vajilla preciosa dorada.